
Haber nacido sin piernas no ha sido una barrera para que Alfonso Mendoza haya ido lejos en la vida, alcanzado metas y siga rodando hacia sus sueños.
Reconoce que nacer con una discapacidad es duro y le tocó aprender a vivir así: “duré años que no salía de la casa, solo me quejaba: Dios mío por qué a mí y no a mi hermano o un amigo. Vivía muy deprimido y pensaba en suicidarme, hasta que me di cuenta que el que estaba encerrado era yo”.
La música lo salvó
No olvida que su época más dura fue la de adolescente. Pensaba en todo momento en quitarse la vida. No le encontraba sentido a nada y vivía sumido en depresiones.
Hoy asegura que salió de ese momento oscuro y triste cuando escuchó a Cancerbero, un rapero que interpreta la canción “Mañana será otro día”. Desde ese día comenzó a ver las cosas de otra manera, decidió vivir como una persona normal. “En la música encontré una puerta de escape”.
El skate es otro de los deportes que práctica con gran habilidad.
Hoy es un cantante del género urbano, en el que siente que expresa lo que siente y como quiere. “Ya he pasado por estudios de grabación, en donde grabé de manera exitosa varios temas”.
Se sube en los buses y entona sus letras cargadas de historias de gratitud, sueños y mensajes de superación. “A través de la música quiero transmitirle a la gente mensajes positivos, como el que me sacudió a mí, pero también darles mi testimonio de vida”.
Un hombre sobre ruedas
No olvida aquella vez que pasó por un parque de patinaje y vio a un grupo de muchachos practicando skate. Le llamó lo atención y comenzó a verlos hacer piruetas con las patinetas.
“Hasta que un día uno se me acercó, su nombre es Dahory González, y me preguntó que si me gustaría aprender a patinar. Pensé que se estaba burlando hasta que me explicó que había personas con discapacidad que patinaban, y me mostró un video. Allí nació mi amor por la patineta”.
Alca practica el skateboard o monopatinaje, y con gran destreza se desliza sobre la tabla con ruedas en la que realiza diversos trucos, gran parte de ellos elevando la tabla del suelo, haciendo figuras y piruetas con ella en el aire.
Luego sus amigos lo llevaron a la playa y allá le pidieron una tabla para surfear. El director de una escuela de surf al verle la destreza lo acogió en su grupo y allí comenzó otra de sus hazañas. Luego siguió el Hydro Flying y el parapente, lo que lo proyectó como un para atleta de deportes extremos.
Allí fue descubierto por el Gustavo Zulbarán, un productor audiovisual, quien le pidió permiso para tomarle fotografía para unas revistas. Luego llegó la propuesta para un documental que se grabó. Se llamó El Plan de Dios, que ganó premios en Venezuela, y le dio a Alca la oportunidad de viajar por varias ciudades de México, Ecuador y Colombia a dar charlas y contar su experiencia. “Es una producción que llama a la motivación y se basa en los deportes que practico”.
Sus sueños
Alca sale todos los días del barrio Mequejo en su patineta, con una mochila cruzada en la que lleva la cartera y una libreta que la que anota las letras y composiciones cada vez que se le aparece una idea.
Allí vive con su esposa, Mileidis Dayana Peña Meza, a quien conoció desde niños, y se reencontraron hace un año. Ella está embarazada y en los próximos días traerá al mundo a Auralis Mairin, como se llamará la niña.
Pese a los retos Alca asegura estar tranquilo, al confiar y repetirse todas las mañanas que “el propósito de Dios conmigo es dar a conocer que las limitaciones están en la mente”, y entonces se siente un hombre completo, que no necesita pedir que le regalen nada, y que debe salir a ganarse la vida.
Fuente: Diario El Tiempo – Colombia