Muchos abordamos la opción de tener un seguro de salud, no por qué el sistema privado este devaluado, sino porque hay muchos que prefieren ser atendidos con un servicio más privado, más personal y que le faciliten los servicios que más necesiten o demanden.
Entre las ventajas de tener un seguro de salud privada, los expertos y clientes citan la rapidez con la que les atienden, las menores e inexistentes listas de espera para obtener un servicio y la prestación de un plus de valor añadido, como ofrecer habitaciones individuales, enviar las pruebas de informes rápidamente por correo, email o incluso mensajes de textos en los móvil.
No obstante, no todo es color de rosa en la sanidad privada. Los seguros habitualmente presentan sus restricciones, no admiten a cualquier cliente y, en ocasiones, tiene que pasar un cierto periodo de tiempo para poder empezar a disfrutar de los servicios sanitarios contratados. Para evitar sorpresas, se recomienda aclarar con detalle las condiciones de la póliza.