
Se cumple un año de la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Eso ocurrió el 23 de enero de 2019. Resultaba una fecha icónica, un 23 de enero, pero de 1958 se vivió el día final de una dictadura y el nacimiento de un modelo democrático.
El Golpe de Estado del 23 de enero de 1958 en Venezuela puso fin a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez quien se vio forzado a abandonar el país con rumbo a República Dominicana a bordo del avión presidencial “La Vaca Sagrada”.
La irrupción de Juan Guaidó al proclamarse como presidente interino el 23 de enero de 2019 es una estrategia que se puede evaluar -un año después- con luces y sombras. Según señala Andrés Cañizalez en su artículo de opinión para Efecto Cocuyo.
Guaidó sigue siendo la principal referencia de liderazgo democrático para la mayoría de venezolanos, y aunque sin duda ha decaído la expectativa de que ocurrirá un cambio en el corto plazo, debe entenderse que estamos dentro de un proceso sociopolítico que aún no está acabado o concluido.
Maduro, aunque un año después esté en el poder, sigue luciendo insostenible en el largo plazo.
Venezuela, refiere Cañizalez, con Maduro en el poder es sencillamente inviable y su salida parece ser condición necesaria para que se desencadene una transición política y económica, una suerte de reconstrucción nacional en todos los ámbitos de la vida nacional.
Un año después de la proclamación de Guaidó, éste tendrá la ratificación de su legitimidad internacional con encuentros de alto nivel en Colombia y Europa.
Así como el 23 de enero fue para millones de venezolanos una fecha icónica, porque ese día en 1958 se acabó una dictadura. Una nueva fecha símbolo, más temprano que tarde, será celebrada por quienes padecimos una nueva dictadura en el siglo XXI.
Fuente: Andrés Cañizalez / efecto CocuyoZona de los archivos adjuntos