
En el Nuevo Testamento, San Mateo relata cómo, cuando nació Jesús, el rey Herodes ordenó una matanza en Belén para acabar con todos los niños menores de dos años y asegurarse así de que el anunciado Mesías, futuro Rey de Israel, era asesinado. Desde entonces, la Iglesia Católica conmemora cada 28 de diciembre la fiesta de los Santos Inocentes, para recordar esas crueles muertes infantiles.
La tradición popular lo ha convertido también en un día para gastar “bromas inocentes”. Esta fusión de historia, religión y paganismo ha originado a su vez toda una serie de celebraciones en diversas partes del mundo en distintas fechas en las que se incluyen incluso disfraces.
Pero además, en la actualidad cabe destacar otra cara más de este día: la más solidaria y comprometida que llega de la mano de la Fundación: Inocente, Inocente, una fundación privada de carácter asistencial, constituida el 7 de marzo de 1995, que tiene como objeto preferente el ejercicio de actividades que redunden en beneficio de la infancia fundamentalmente dentro del territorio español. Es esta Fundación la que promueve, cada año, el conocido programa Gala Inocente, Inocente, cuyo fin es la recaudación de fondos para apoyar distintas causas.