
Un grupo de jóvenes del Sistema de Orquestas de Venezuela actualmente conforman el grupo en Barcelona bajo la dirección de un venezolano
La ciudad española de Barcelona se ha convertido en una de las ciudades predilectas para los músicos venezolanos, quienes con estudios terminados o en curso, han decidido mudarse debido a la crisis que afronta su país, reseñó El País.
Pilar Gastou, de 21 años, quien formaba parte del Sistema de Orquestas creado por el maestro José Antonio Abreu, salió de Venezuela en busca de un mejor futuro.
“La gente empezó a dejar de ir a los ensayos porque había problemas. Especialmente los que vivían en zonas peligrosas no podían usar el transporte público porque les robaban los instrumentos. Fueron quitando horas de ensayo por cortes de luz de hasta cuatro horas. La situación se fue deteriorando y al acabar los estudios decidí venir a España, a Barcelona”, explicó.
Así como ella, han sido muchos los jóvenes que han seguido este camino. Actualmente son 17 entre violines, chelos, violas y contrabajos bajo la dirección de Régulo Sarmiento, otro venezolano. Entre todos conforman la Camerata Internacional de Barcelona.
El pasado miércoles el grupo se estrenó con un concierto en la cripta de la Sagrada Familia. Además de músicos venezolanos, también cuentan con un catalán y una francesa. La mayoría de estos jóvenes no pasan de 26 años, unos han vivido en Italia o Alemania antes de radicarse en Barcelona.
Además algunos de estos jóvenes comparten residencia y varios se conocieron de niños durante su paso por el Sistema de Orquestas en Venezuela.
Dificultades
Dentro de la Camerata hay tríos y quintetos que han girado por Holanda e Italia. Otros, como el viola César González, ya lo hizo en Venezuela. Además de la música, comparten las dificultades de salir adelante en un país al que han llegado no hace mucho.
El viola Juan Carlos Rodríguez, de 27 años, —y también licenciado en periodismo llegó en 2013 a Barcelona y para vivir simultánea tres trabajos distintos: “es duro pero me alegro de haber salido entonces porque en los últimos años las cosas se han puesto peor en Venezuela. Mi familia era de clase trabajadora media y vivíamos bien. Ahora mi padre me cuenta que se levanta a las cuatro de la mañana para hacer colas…. yo les envío dinero para ayudar”. No es el único que lo hace: “te puede parecer mentira pero 20 euros de aquí es mucho dinero allí”, añade Gastou, violín en La Camerata, que también envía dinero a su familia.
El contrabajo Yordano Núñez, de 26 años, llegó a Barcelona en octubre desde Italia: “hay muchísimos músicos venezolanos en fuga y en Barcelona nos hemos encontrado un grupo bastante numeroso. Para nosotros la Camerata es, además, un punto de encuentro”.
Ninguno de ellos se aventura a decir si volverán algún día a Venezuela. El jueves por la tarde, en la antesala de la cripta de la Sagrada Familia, los ensayos del programa del concierto, con obras de Mozart y Nielsen, se alternaban con momentos de divertimento de música latina.