
La población española se encuentra muy equilibrada en su proporción de hombres y mujeres. De los más de 46.500.000 de habitantes que había para el 1 de julio de 2018, un 50,96% estaban registradas como mujeres, lo que sitúa el porcentaje de hombres en un 49,04%.
En España hay otras estadísticas que no son tan equilibradas, generalmente en perjuicio de las mujeres. Veamos las desigualdades que aún sufren las mujeres en España.
Desde que suena el despertador, las actividades de los españoles están definidas por su género. En función de si eres hombre o mujer, es más probable que tu rutina, en vez de ir al trabajo, consista en buscar uno.
Efectivamente, la mayor parte de las personas apuntadas al paro son mujeres, según los datos del Servicio Público de Empleo (SEPE) de febrero de 2019. Concretamente, un 58,64% de mujeres, frente a un 41,36% de hombres. De hecho, si echamos un vistazo a la evolución en los últimos cuatro años nos encontramos que, pese a que el número de parados ha caído, el porcentaje de mujeres apuntadas al paro es cada vez mayor frente al de hombres.
Ya se ha producido la primera fractura entre hombres y mujeres, pero centrémonos ahora exclusivamente en aquellas personas que tienen trabajo.
Efectivamente, el porcentaje de mujeres trabajando de forma temporal es mucho mayor que el de hombres. Para comprender la relevancia de esta cifra, conviene recordar que, según la Oficina Europea de Estadística, seis de cada diez empleados a tiempo parcial lo son de forma involuntaria. Es decir, trabajan por horas porque no han podido encontrar otro empleo a jornada completa, ajustándose a la definición técnica de subempleo.
Sí, la situación no es normal, así que ha llegado el momento de pegar una patada en la puerta del despacho de tu jefe y reclamar igualdad en los salarios. Pero, un momento, si lo haces, ¿es más probable que te encuentres en el despacho a un hombre o a una mujer?
Efectivamente, según la Encuesta de Condiciones de Trabajo de 2015, las mujeres dedican 12 horas semanales más que los hombres al trabajo no remunerado.
Por suerte, para atender a las obligaciones familiares, existe la excedencia, un derecho laboral que permite cuidar a los hijos y familiares.
Pues parece que el desequilibrio entre hombres y mujeres que se acogen a esta opción también es notable.
Ha sido una jornada dura en la que hemos comprobado que, sin ninguna, nuestro día a día está claramente determinado por nuestro género, desde que nos acostamos hasta que nos marchamos a dormir. Volvemos a la pregunta con la que comenzábamos: ¿sabes cómo es el día a día de una mujer en España?
Fuente: El país