
Las olas de calor son episodios de temperaturas excesivamente altas que se mantienen durante tres o más días consecutivos.
El calor no afecta a todo el mundo por igual, depende de diversos factores individuales y de las circunstancias del momento. Pero, de forma general, los grupos de población especialmente vulnerables o de riesgo son:
Tenga especial precaución al comienzo de la época o durante una primera ola de calor, cuando nuestro organismo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas y el esfuerzo de adaptación que tiene que realizar es mayor.
Beba frecuentemente sin esperar a tener sed.
Tome al menos dos litros de líquidos al día (agua, zumos, infusiones o bebidas isotónicas para deportistas). Limite el consumo de café, té y colas. Evite las bebidas alcohólicas o muy azucaradas.
Haga comidas ligeras. Aumente el consumo de ensaladas, verduras, gazpachos y frutas.
Cuando esté en casa, permanezca en la zona o habitación más fresca durante el mayor tiempo posible.
Si no dispone de aire acondicionado, averigüe qué sitios refrigerados hay cerca de su domicilio por si precisara acudir a ellos para refrescarse.
Baje las persianas y los toldos de las ventanas expuestas al sol, sobre todo si vive en pisos altos.
Dúchese o refrésquese frecuentemente.
Use ropa amplia, ligera y de color claro. Utilice calzado cómodo y que transpire.
Limite, en la medida de lo posible, las actividades laborales o deportivas intensas al aire libre, especialmente a las horas más calurosas del día. Haga descansos frecuentes.
Si puede, salga a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la temperatura es más fresca. Camine por la sombra.
Protéjase del sol aplicándose cremas fotoprotectoras y utilizando sombreros y gafas de sol.
No permanezca mucho tiempo en un coche parado o sin aire acondicionado, aunque las ventanillas estén abiertas. No deje nunca a niños o mascotas solos en su interior.
Si toma habitualmente medicamentos o padece alguna patología crónica, pregunte a su médico o farmacéutico qué medidas complementarias debe adoptar. No se automedique ni suprima ningún medicamento por su cuenta. Manténgalos siempre siguiendo las indicaciones de conservación que figuran en el envase.
Esté pendiente de sus familiares, amigos o vecinos de edad avanzada, especialmente si viven solos.
Los bebés y los niños pequeños son muy sensibles a los efectos del calor. Preste atención si muestran irritabilidad o llanto inconsolable. Manténgalos siempre frescos e hidratados.
Durante las olas de calor esté al tanto de la información que facilitan los medios de comunicación y los servicios socio-sanitarios. Siga los consejos y las medidas preventivas que recomienden.
En cualquier caso, si sospecha que puede padecer algún síntoma importante o problema relacionado con el calor que no puede resolver por sí mismo, busque atención sanitaria.
Fuente: Ayuntamiento Madrid