
Ciudadanos padecen las consecuencias de las fallas en el sistema eléctrico, que no permiten el funcionamiento de otros servicios básicos.
Luego de padecer más de 120 horas de fallas eléctricas, las personas salen a las calles con la expectativa de poder iniciar su jornada laboral, pero tienen otra preocupación, también deben resolver la escasez de agua que afecta la Gran Caracas debido a los constantes cortes de luz.
En la Avenida Principal de Los Ruices un grupo de ciudadanos ha decidido protestar contra las fallas en los servicios básicos. Trancan la calle para exigir el “cese de la usurpación” de Nicolás Maduro.
“Maduro es incapaz de resolver los problemas que tenemos”, reclama un hombre que es respaldado por todos los manifestantes. Mientras, más vecinos se suman a la convocatoria de la oposición venezolana.
“El usurpador no tiene capacidad para restablecer todos los servicios básicos. No hay luz, no hay agua; las personas no tienen cómo afrontar esta situación.
Los caraqueños caminan por la Cota Mil con tobos y envases de plástico de todos los tamaños, a pesar de que vehículos transitan a gran velocidad por el lugar.
Este distribuidor se ha convertido en un punto estratégico, ya no es solo una vía que une la ciudad de centro a este, sino también una zona de “aprovechamiento de agua”. Habitantes de todas las zonas de la Gran Caracas acuden a ese lugar para obtener el líquido.
Rostros cansados y largas colas es lo que se observa en cada toma. Bajo un sol inclemente las personas explican que tienen más de 15 días sin el servicio, por lo que han tenido que buscar la manera de conseguir agua.
En las tomas de la capital se observan también grupos familiares y de vecinos que se han puesto de acuerdo para llenar entre todos la mayor cantidad de recipientes.
Algunos caraqueños tienen días acudiendo a la quebrada Chacaíto, al pie del Ávila, para llenar sus pipotes, tobos y envases. Bajo el sol del mediodía una mujer se encuentra dentro de la quebrada lavando ropa.
“No hay luz, no hay agua, solo queremos que Maduro se vaya”, gritan los manifestantes.
En medio de las dificultades que padecen, los venezolanos se mantienen esperanzados en que la situación del país mejorará y que pronto volverán a gozar de mejor calidad de vida. “Hay que seguir pa’ lante, no nos van a terminar de humillar”, dice una anciana bajo un sol sofocante mientras carga cuatro envases de refresco que ahora están llenos de agua.
Fuente: El Nacional