
Son momentos difíciles, si lo sabemos.Que muchas veces entramos en momentos de colapso.Que sentimos un encierro interior.
Con la presencia del virus que ha atacado a gran parte de los países del mundo, y por las medidas que por nuestra seguridad y la de nuestras familias y amigos tomaron los distintos gobiernos de cada uno de los países afectados, el miedo y la ansiedad podrían convertirse en nuestro día a día.
Nuestra salud mental puede ser la más afectada, así que te contamos unos pequeños tips y cosas que posiblemente no sepas de esos cambios de ánimo, ansiedad y hasta estrés.
En este tipo de escenarios, es cuando las glándulas suprarrenales —unos órganos pequeñitos ubicados en cada riñón que producen hormonas imprescindibles para los seres humanos— hacen que aumente nuestra adrenalina, la hormona que pone en alerta nuestro cuando estamos en peligro.
La adrenalina se secreta constantemente lo que noEso provoca un aumento en la frecuencia cardiaca y la presión arterial. La sangre, en lugar de dirigirse hacia la cabeza, el estómago y los genitales, se dirige hacia brazos y piernas.
Este mecanismo nos salva en situaciones de extremo peligro, en las que requerimos luchar o huir. Sin embargo, si esto se prolonga, podría tener efectos nocivos.
Eso quiere decir que se pueden empezar a mostrar signos en el cuerpo como dolores de cabeza frecuentes, salivación excesiva, dolor en el pecho, diarrea, dolor abdominal, dolores musculares y aparición de tics.
El virus como tal nos enfrenta a la idea de que somos vulnerables, nos podemos enfermar, podemos sufrir, podemos morir; y esas son preocupaciones concretas y reales que nos angustia porque salen de nuestro control”.
Además de eso, nos enfrentamos al aislamiento social y a la modificación de nuestros hábitos y las rutinas, sin embargo, frente a las condiciones de amenaza que sufrimos, la respuesta va a ser intentar adaptarnos.
Pero para lograrlo, es necesario pasar por tres fases
1) La fase de alarma
Es la primera fase, en la que podemos sufrir de insomnios, tener pensamientos obsesivos, sudoración de las manos, pensamientos negativos, dolores de cabeza, musculares, indigestión, dermatitis, entre otros.
2) Fase de resistencia
Esta segunda fase es cuando intentamos adaptarnos para poder afrontar los factores que se perciben como amenaza, por lo que en ella se puede observar una desaparición de la sintomatología que apareció en la anterior, antes de llegar a la fase final que es la del agotamiento.
Cuando la agresión es de larga duración, como en el caso del encierro por el coronavirus, aparecen somatizaciones: enfermedades físicas causadas por el estrés.
Ahí es cuando pueden aparecer cuadros como depresiones, ansiedad, activarse psicopatologías o enfermedades mentales que parecían superadas.
Sugerencias por parte de la OMS para contrarrestar el estrés producido por el Covid-19
Minimizar la cantidad de noticias que ves, escuchas y lees y que te causan ansiedad o estrés y consulta únicamente fuentes confiables, sobre todo las que te permitan tomar decisiones prácticas para mantenerte a salvo a ti y a tus seres queridos.
Además, sugiere racionalizar el consumo de medios: no más de una o dos veces al día. A causa de esto es común sentir como si el virus va a entrar en la noche, en la madrugada y me va a atrapar, porque así funciona nuestra cabeza, se disparan fantasías, por eso es importante que la información sirva para mitigar esa angustia.Hagamos cosas distintas en casa
Hay otras opciones para reducir la ansiedad y el estrés como por ejemplo, tener una cita con tus preocupaciones. Eso significa, establecer algunos minutos diarios en los que te puedes preocupar. Durante el resto del día, pues anotarlas, pero solo te ocupas de ellas en el tiempo destinado para eso.
Debemos tomar en cuenta algunas alternativas que nos permitan hacer cosas diferentes, desde cuidar del cuerpo tomándonos pequeños recesos para estirar los músculos, hacer un poco de ejercicio o respirar, comer lo más saludablemente posible y dormir las horas adecuadas.
A través del Internet podemos encontrar desde cursos, actividades recreativas y hasta visitas a lugares del mundo a través de los medios digitales, todo sin salir de casa.
Sentir miedo ante esta pandemia es normal, las circunstancias a las que nos enfrente el coronavirus son nuevas para la mayoría, y sentir miedo es normal, porque el miedo es una emoción básica, necesaria para la supervivencia cuando hay un peligro porque activa la red cerebral con el fin de evitar amenazas y nos permite tomar medidas necesarias para protegernos.
Finalmente, queremos recomendarte que hay que evitar caer en pánico, porque eso si puede activar nuestras conductas primitivas, así que no dudes en contactarnos si necesitas algún apoyo psicológico, para que estos días de aislamiento y cuarentena sean más llevaderos.info@voyaemigrar.com