
En Toda Venezuela esperan con alegría todos los años la llegada del mes de septiembre para venerar a la Virgen del Valle.
En 1530, los habitantes de la isla de Cubagua, en la ciudad de Nueva Cádiz, encargaron a España una imagen de la Inmaculada Concepción para que la población estuviese bajo su protección, pero un huracán arrasó sus tierras el 25 de diciembre de 1541, dejando milagrosamente la imagen de la Virgen.
Ante este hecho, los pobladores decidieron llevar la imagen un año después a una hacienda en El Valle, en la isla de Margarita, de ahí su nombre.
La imagen actualmente reposa en la Basílica menor de Nuestra Señora del Valle, que posee dos torres gemelas que se alzan imponentes hacia el cielo.
La Basílica menor de Nuestra Señora del Valle es la más famosa de la isla, por lo que es el ícono religioso de la región.
La devoción popular le atribuye gran poder milagroso a la Virgen, gracias a su intercesión ante Dios. El más comentado sería el que dio inicio a la tradición religiosa.
Cuenta la historia que en el año 1608, la isla de Margarita atravesó una gran sequía. Por tal motivo, los margariteños decidieron llevar en procesión a la Virgen hasta La Asunción. Según testimonios de la época, en el momento en que la procesión llegó a la ciudad inició una fuerte lluvia sobre toda la isla.
Monseñor Antonio María Durán, séptimo obispo de Guayana, actuando como legado del Papa Pío X, coronó canónicamente en 1911 la imagen de Nuestra Señora del Valle; y el 5 de septiembre del 1921, fue declarada patrona principal de la diócesis de Guayana, a la que pertenecía entonces la isla de Margarita.
Cada mes de septiembre, miles de peregrinos acuden al santuario ubicado en El Valle de Margarita, cerca de Porlamar, para venerar la imagen de la Virgen, sobre todo, los pescadores.