
El histórico Mercado de Maravillas en la capital de España ha añadido una nueva identidad a su mezcla de culturas gracias a la comunidad de inmigrantes que más rápido crece en la región, los venezolanos.
Algunos tenderos identifican la procedencia de sus productos con banderas nacionales.
El Mercado de Maravillas, fundado en 1942 en el distrito de Tetuán, ha ido latinizándose desde hace dos décadas con el desembarco de comerciantes peruanos, bolivianos y ecuatorianos. L
La última adición son los venezolanos, la comunidad inmigrante que crece más rápido en la región de Madrid, con más de 66.000 residentes nacidos en ese país sudamericano.
En Maravillas los venezolanos se hacen notar con sus areperas, tequeños y otros comercios que ofrecen sus productos básicos más tradicionales, como la harina pan, las aceitunas con pimentón y las hojas de plátano para cocinar hallacas.
Los venezolanos son ya más del 10% de los casi 200 comerciantes del mercado según la gerencia de Maravillas y han dado un nuevo aliento a un espacio que, como los otros 45 mercados municipales de la capital, está amenazado por las nuevas modalidades de compra.
Mientras que otros mercados de abastos como San Miguel o Chueca han encontrado en los turistas una tabla de salvación, Maravillas se ha beneficiado del gusto de los inmigrantes venezolanos y otros latinoamericanos por hacer sus compras en comercios tradicionales. A muchos venezolanos les recuerda, aunque con un tamaño menor, al Mercado de Chacao, en el este de Caracas.
Los tenderos ofertan productos frescos latinoamericanos y españoles. Para los comerciantes españoles y de otras nacionalidades, el último boom venezolano ha supuesto un dilema. Unos han apostado por adaptarse incorporando los productos por los que pregunta la clientela mientras que otros han preferido enfocarse en los compradores del barrio. Las banderas de distintos países latinoamericanos y españolas facilitan la compra.
“Este mercado en 2014 estaba casi vacío, pero los venezolanos han invertido dinero y han incentivado a la gente a comprar aquí”, dice un comerciante ecuatoriano que se ha adaptado a los nuevos tiempos, Rafael Minaya. “Nos han dado vida”.
Según los comerciantes, los españoles están adaptando muy bien su paladar al gusto venezolano.
Uno de los secretos del éxito es que la comunidad apoya a los recién llegados que vienen huyendo del drama, en estos momentos hay mucha solidaridad entre venezolanos.
Fuente: El País