
Cada vez habrá más personas mayores que vivan solas, muchas por elección.
Si cuatro de cada 10 hogares unipersonales están habitados por alguien de más de 65 años, la mayoría (71,9%) muestra un nombre femenino en el buzón, según datos del INE. En 2033, estas viviendas serán las que más habrán crecido (un 25%), según las últimas proyecciones. El tremendo envejecimiento y los récords mundiales que ostenta España en esperanza de vida abocan a un panorama de ciudadanos más viejos (87,68, ellas, y 82,92, ellos, de media) y más solos, al menos en sus casas.
“El Gobierno, a través del Imserso, planea actuar ante este desafío demográfico y abordar urgentemente la soledad en los mayores”, aseguran fuentes del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
La mayoría de las mujeres mayores que viven solas (76,9%) son viudas. Se explica por la mayor esperanza de vida femenina. Pero eso, según cuenta Antonio Abellán, director del grupo de Investigación sobre Envejecimiento del CSIC, cambiará algo. “Habrá una nueva soledad, la de quienes envejecen divorciados o solteros”. Los varones serán más longevos. Al final también estarán más solos.
Moratalaz es un distrito madrileño que nació en los años sesenta del pasado siglo y ya es presa del envejecimiento que nos aguarda dentro de tres lustros: un 25% de sus vecinos tienen más de 65 años.
Cuatro pisos más arriba, centenares de películas y un gato contemplan a Rosa, nombre supuesto de una jubilada de 71 años tocada con un poncho. “Si viera a alguien apareciendo por ahí” —señala la puerta de entrada a las dos habitaciones— “me sentiría rarísima. Los hombres solo buscan una chacha que les cuide”. Otras cosas que le definen: anárquica, alérgica a las obligaciones, gran lectora, divorciada, un hijo emparejado que vive a siete minutos, salidas con las amigas para ir al cine. Les ve con frecuencia.
Habrá que construir viviendas más pequeñas, adaptadas a un ocupante y, dado el alza del precio del alquiler, aumentar el parque de viviendas públicas para rentar, opina Jorge Arévalo, socio del estudio de arquitectura Paisaje Transversal. Además, “las casas no han sido pensadas para viejos, desde las rampas a los enchufes, colocados casi en el suelo”, dice Antonio Abellán. “Hay que rehabilitarlas para favorecer la accesibilidad y la mejora energética”, añade Arévalo, “así se facilita que los mayores salgan a la calle, y se ahorra en energía”.
Fuente: El País