¿Tienes alguna pregunta? Llámanos al: +34 680 38 53 46

Voy a Emigrar

  • CARRITO
    No products in cart.
  • Inicio
  • La Decisión
    • Puntos a evaluar
      • Aspectos emocionales
      • Organízate
      • Mi Mudanza
      • Mi Mascota
    • Dejar atrás
  • Tipos de inmigrantes
    • Solo
    • En Pareja
      • Heterosexuales
      • LGTB
      • Tercera Edad
    • En Familia
      • Niños y adolescentes
    • Estudiantes
    • Emprendedor
    • Refugiado
  • El Destino
    • España
      • Aspectos
        • Salud
        • Vivienda
        • Ciudades
        • Educación
        • Alimentación
        • Transporte
        • Servicios
        • Seguros
        • Apertura de cuentas bancarias
      • Visados
        • Arraigo Social, Laboral
        • Reagrupación familiar
        • Residencia no lucrativa
        • Comunitario
        • Emprendedor
        • Estudiantes
      • Asuntos legales
        • Condición de ilegalidad
        • Refugiado o Asilo político
        • Exequátur
        • Obtener la nacionalidad española
      • Trabajo
        • El empleo y la seguridad social
        • Ayuda al inmigrante retornado
        • Quiero ser emprendedor
        • Festivos
      • El Clima
      • Directorio de Instituciones y Servicios Consulares
      • Documentación para emigrar
      • Homologaciones y canjes
    • Estados Unidos
    • Italia
    • Portugal
  • Ya llegué
    • Adáptate, reinvéntate e intégrate
    • No me va bien S.O.S
  • Multimedia
  • Noticias
  • Blog
  • Publicidad
  • Contacto
  • Eventos
  • Inicio
  • Blog
  • Noticias
  • La ayuda que ofrecen venezolanos a sus paisanos
25/02/2021

La ayuda que ofrecen venezolanos a sus paisanos

La ayuda que ofrecen venezolanos a sus paisanos

por Voyaemigrar / martes, 24 julio 2018 / Publicado en Noticias

 La llegada permanente de venezolanos en busca de alimento a la Casa de Paso Divina Providencia, en La Parada (Villa del Rosario) también es motivo para que voluntarios de Venezuela formen parte esencial de este festín de solidaridad.

Hernando Villamizar por ejemplo, participa como voluntario desde hace seis meses, con la misión de servir y entregar un plato con alguna de las variadas preparaciones que se entregan en el gran comedor que a diario acoge unas 2.500 personas.

Entre prójimos se entienden, y entre acentos se acercan un poco más, según cuenta Villamizar para quien “es una bendición cuando le das un plato de comida a un hermano y esa persona te dice: Dios te bendiga. Para uno eso es hermosísimo, es una gracia especial”.

“Ellos le conocen el acento a uno, y se dan cuenta de que no solo los colombianos les tienden la mano, sino que algunos venezolanos pasamos la frontera, calándonos la colita del puente, pero con mucho gusto y rezando el santo rosario, para que ellos tengan algo de comida, gracias a la iglesia católica colombiana”, afirma.

Entre acomodar sillas y mesas, limpiar mesones, cargar leña, barrer el lugar, lavar, picar habichuela, zanahoria, tomate, o cebolla larga para el menú que se prepara en las enormes ollas, Villamizar afirma que ganan más de lo que dan voluntariamente.

“Venimos a dar y resulta que lo que hacemos es recibir, a través de esos hermanos que nos bendicen”.

Así le ocurre desde el 20 de enero de este año, cuando el grupo de apostolado de la Legión de María fue invitado por el párroco Reinaldo Contreras, de la basílica menor de San Antonio del Táchira, y no deja de asistir a los suyos, tres veces por semana.

De hecho, pretende culminar sus días como sacerdote, para lo cual requiere dos años más de estudios de teología, y su decisión se confirma con la misión que realiza.

En la mañana, antes del desayuno, se lee la palabra y hacemos predicación”, mientras los migrantes reciben un mensaje: “tú no estás solo, hermano migrante; te pueden haber abandonado, excluido, apartado, pero tú nunca estás solo”.

Lecciones y encuentros

En este lado de la frontera se aprenden lecciones, en especial cuando se trata de ayudar a otros con mayores dificultades.

“Una vez tuve que darle de comer a un niño cuadrapléjico y eso llega al corazón”, dice. “También vi a una señora con una niña con síndrome de Down y veía en esa niña tanta alegría porque estaba comiendo, que no la he visto en las personas que no tenemos el síndrome. La abuelita le daba de comer y ella comía con qué gusto, y a veces nosotros como que no agradecemos ese platico de comida”.

Algo similar le ocurre a Édgar Barrera, voluntario de San Antonio del Táchira, quien acude por parte del grupo Emaús, de la iglesia Sagrada Familia, y en desarrollo de sus tareas se ha topado hasta con vecinos.

“Yo soy microempresario allá y me ven en esta circunstancia y quedan impactados”, dice, con su lema: “Haz bien sin ver a quién”.

Si bien solo lleva un mes en la casa, dice que la experiencia “es muy bonita”, pues tiene la motivación de “servirle al pueblo, a la sociedad, a la comunidad. No me interesa si son de un país, de otro, ni credo, ni nada”.

Por eso afirma, con absoluta convicción, que está “más contento que nunca, sirviéndole a mi pueblo, a mi gente de San Antonio, de Venezuela, de todos los que vienen del interior, y hasta a personas de Colombia”.

Por eso opina que, en la medida de sus posibilidades, sería favorable que otros venezolanos ayudaran a los suyos.

“Sé que la situación económica y social es bastante caótica, y somos muy pocos los que realmente podemos venir y servir, porque la mayoría viene para ser servidos”, pero hay oportunidad en esta bendita casa, en la que prima el orden y la autoridad divina y humana.

Fabiola Ruiz, colombiana, coordina el grupo de venezolanos que ayudan en la preparación de comidas, a cambio de una ración propia.

“Tengo un grupo muy bueno, muy colaborador y muy humano que sabe la necesidad de los hermanos”.

Para ellos, la casa transformó sus vidas, como relata Irene Nava, otra inmigrante que duró dos meses durmiendo en las calles, pero hoy da gracias porque le abrieron una puerta, primero para comer, y ahora como voluntaria.

“La experiencia es muy grata”, manifiesta. “He conocido muchas personas y he aprendido”, sobre todo a cocinar y a atender a otros.

“Estoy agradecida con Colombia que me ha abierto las puertas de su país”, señala, mientras enjuaga loza en un gran platón lleno de espuma, y asevera que auxiliar a los inmigrantes es un alivio.

“Vienen con el corazón partido, pero aquí los abrigamos, los escuchamos, los entendemos con cariño”, sin tener en cuenta su procedencia, porque en esta casa todos son iguales y necesitan los unos de los otros para tener más motivos de vida en esta adolorida frontera.

 

Fuente La Opinión

About Voyaemigrar

What you can read next

Deportes. La venezolana Yulimar Rojas se prepara para revalidar título mundial bajo techo
Katherine Echandia le dio quinto oro a la delegación de Venezuela
Documentalista venezolana participará en próximo trabajo especial de HBO

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El Criollito
VAE Productos II
Revista Venezolana
Eurolivares

+ INFORMACIÓN

  • Política de Privacidad de Datos
  • Contacto
  • Blog

DATOS DE CONTACTO

680 38 53 46
Email: info@voyaemigrar.com

Calle de la Montera 24, Piso 2, Oficina H. 28013 Madrid

Abrir en Google Maps

Please fill all widget/element settings!
  • SOCIALÍZATE
Voy a Emigrar

© 2018. All rights reserved.

SUBIR

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies