
La chef venezolana apostó por crear una empresa en Colombia. No funcionó, pero está convencida de que a través de la mezcla de culturas, gastronomías y realidades salen siempre cosas positivas.
“Desde muy jovencita sabía que quería ser cocinera”, relata la chef venezolana Ana Belén Myerston, gerente del restaurante Osaka en Bogotá. Tras estudiar en la escuela de hotelería de su ciudad natal, Mérida, Myerston inició una trayectoria nómada ya que iba y volvía de Venezuela, pasando por Chicago, Nueva York y París, donde tuvo la oportunidad de trabajar con chefs de reconocimiento internacional.
A finales de los años 90, trabajó con el grupo Ara, “un grupo de judíos muy exitosos”, que ya no existe. Este grupo la llevó a unos de los restaurantes más conocidos de Venezuela durante una época de oro en la gastronomía de ese país.
Hace 16 años formó el Grupo Mokambo junto a varios socios y su marido, Paul Lanois, también chef. El grupo creció rápidamente, con varios locales exitosos. Hace más o menos 10 años, el grupo empezó a buscar otros horizontes, dentro y fuera de Venezuela, para lanzar un nuevo local.
Visitaron varias ciudades en Europa, Estados Unidos y América Latina, y, finalmente, escogieron Bogotá. La venezolana explica: “Buscábamos cuál era el lugar que a todos nos hacía felices, porque no queríamos separarnos. La idea era montar un restaurante y poder ir y venir. Nos decidimos por Bogotá”.
En 2012, el Grupo Mokambo abrió el restaurante Nolita en el barrio bogotano El Retiro. Ella viajaba con frecuencia, pero el negocio empezó a conocer momentos difíciles. “Cuando las cosas empezaron a ir mal, regresamos y lo recuperamos”, cuenta.
Pero las dificultades financieras persistieron: “A mí no me parece que migrar sea duro, me gusta vivir en otros países, pero no porque no me guste Venezuela sino porque valoro las diferencias de culturas y de formas de entender las cosas. Pero migrar a nivel de negocio sí es durísimo”.
Finalmente el proyecto de Nolita no sobrevivió. “Un golpe para el grupo y mi vida profesional porque fue una apuesta muy alta, con mucha involucrada, pero aquí estamos”, dice. La venezolana se quedó en Bogotá con su familia, donde vive con su esposo y sus dos hijos “franco-colombo-venezolanos”, según los califica Myerston.
Actualmente, Myerston es la gerente del restaurante Osaka, una cadena latinoamericana que se encargó del espacio originalmente ocupado por Nolita.
El nuevo local recibe a varios venezolanos que buscan trabajo, en lo que Myerston ve un paralelismo con la situación cuando estaba trabajando en su país natal. En Venezuela tenía muchísimos empleados colombianos, me encanta que haya intercambio, que vengan otras nacionalidades porque me parece que eso produce cosas muy positivas”.
Estoy sumamente agradecida con este país porque ha trabajado mucho por su bienestar, aunque seguramente falta mucho por hacer.
Fuente El Mundo