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Antes de poner tu dedo en el mapamundi. Evaluemos el aspecto geográfico. Por sencillo que parezca, cada viajero prefiere una zona en particular ya sea por gusto o por salud. Las zonas del cantábrico por ejemplo suelen ser muy húmedos, lluviosos y frío.
Saber si prefieres vivir cerca del mar, de la montaña, en lo urbano, en lo rural definirá los lugares más propicios para que tu viaje sea placentero y que la nueva residencia vaya de acuerdo con tus expectativas.
Luego de estudiar este primer aspecto vayamos a la demografía, te gustan las ciudades con grandes poblaciones y sus desarrollos tienes opciones como las grandes metrópolis como Madrid, New York, Santiago de Chile…
También supone saber si las ciudades que evalúas tienen alta tasa de natalidad y mortalidad.
El estudio del idioma y de la cultura te permitirá saber el estilo de vida que llevan en estos destinos. El idioma porque define como desenvolverte, si es español toma en cuenta que hay palabras que significan cosas distintas en diferentes naciones.
La cultura, por otro lado, te hará saber cuál es su forma de vida, si son personas alegres o más sobrias. Aunque no lo creas, la adaptación es muy necesaria para vivir en un lugar diferente a tu zona de confort.
Cada nación es rica en gastronomías muy diferentes tanto en sus componentes como en su forma de preparación. Al estudiar tu destino tienes que saber que corres con la suerte o no de tener alimentos parecidos a los tuyos. O por el contrario probar de todo y culturizar tu paladar a los diversos sabores.
Por otro lado, ten en cuenta a qué eres alérgico para no llegar a un destino que sea una pesadilla culinaria. La alimentación y el medio ambiente es un eje central de la cultura. Vital este parámetro.