
La voz de la diáspora venezolana
Por: Tomás Páez · www.tomaspaez.com
La masiva emigración de ciudadanos venezolanos no cesa de crecer. Hoy cerca de dos millones de venezolanos, aproximadamente el 7% de la población, se encuentran viviendo fuera de las fronteras tradicionales de Venezuela. El fenómeno se ha producido en los últimos 17 años, lapso en el que Venezuela percibió el mayor volumen de ingresos de toda su historia republicana, quintuplicando los de los cuarenta años de democracia. En lugar de aprovecharlos para el desarrollo del país se han utilizado para provecho personal y político de unos pocos y para destruirlo.
Quienes han emigrado han escogido a los países del Norte como países de acogida. En orden de magnitudes el primer país de destino es Estados Unidos con cerca de 400 mil venezolanos, seguido de España con más de 250 mil. En término de regiones, la Unión Europea ocupa el primer lugar como zona de destino de cerca de 800 mil venezolanos. Más de un tercio de quienes hoy hacen el viaje son hijos y nietos de aquella inmigración europea que arribó a Venezuela durante los siglos XIX y primera mitad del siglo XX.
La emigración venezolana la hemos clasificado en lo que denominamos las TRES E: Emprendedor, Empleado y Estudiante. El 20% de quienes han emigrado son emprendedores, creadores de empresas, riqueza y empleo. El 65% se desempeña como Empleado en empresas e instituciones y 14% como estudiantes. Quienes emigran aportan al país de acogida su capacidad y disposición a trabajar, los años de experiencias y el perfil profesional que llevan en sus maletas y reciben de éste todo lo que los ciudadanos y la sociedad toda del país de acogida, ha logrado construir durante muchas décadas: instituciones, un clima de paz, respeto a las normas y a los derechos humanos fundamentales. En el caso europeo, los inmigrantes valoran mucho el hecho de contar con sistemas de salud, educación y transporte.
Todos salen beneficiados: quien emigra, el país de acogida y el de origen. Los beneficios pueden incrementarse si se de un modo adecuado y se facilita la movilidad y con ella la circulación de capital intelectual, en palabras de Ana Lee Saxenian. La diáspora venezolana ha construido un enorme potencial que se expresa en un ensanchamiento de su capital social (nueva lengua, cultura y redes sociales e institucionales) que resultará de una inmensa utilidad en el proceso de reconstrucción de Venezuela.
Conscientes de la importancia de este inmenso capital hemos desarrollado la Plataforma de la Voz de la Diáspora Venezolana. Se trata de un mecanismo que opera como una “bisagra” para articular a los venezolanos en todo el mundo con el objeto de contribuir y participar en el proceso de desarrollo de Venezuela: inversiones, alianzas a escala global, asesorías, asistencia técnica, formación, encuentros y talleres, etc.