
Uno es cirujano plástico, otro es cardiólogo. Hay gastroenterólogos y clínicos. Todos viven en Estados Unidos y sienten rabia e impotencia por la crisis que ha expulsado a cientos de miles de compatriotas de Venezuela.
Por eso este grupo de médicos trabaja codo a codo con militares del Comando Sur para sumarse a una misión humanitaria de un barco hospital que a partir del 11 de octubre y a lo largo de 11 semanas prevé asistir a miles de venezolanos que han huido a Colombia y otros países vecinos.
“Es lo correcto. Es ese alivio de que estamos haciendo algo por nuestro país”, expresó Marco Bologna, un cardiólogo que integra la junta directiva del grupo, la Asociación de Médicos Venezolanos-Estadounidenses. “Es un pañito, una curita, un vasito de agua de una impotencia como venezolano”, agregó el cirujano que lleva más de dos décadas en Estados Unidos.
Los especialistas del barco, que partirá desde Norfolk, Virginia, esperan atender a unos 750 pacientes cada día y realizar unas 20 cirugías diarias. La embarcación tiene 12 quirófanos, 1.000 camas para atender a pacientes, servicios de rayos digitales y laboratorios médicos.
Una docena de estos doctores fueron invitados por el Comando Sur para que se integren como voluntarios a la tripulación del USNS Comfort, que busca atender a los desplazados y llevar alivio a un sistema de salud colombiano sobrecargado por la llegada de cerca de más de 870.000 refugiados venezolanos en los últimos tres años.
El recorrido incluye a otros países afectados por la crisis de refugiados –Perú, Ecuador y Honduras–, aunque el foco de atención está en Colombia, a donde ha llegado la mayor parte de los 2,3 millones de venezolanos que han escapado de su país en los últimos años. Allí el barco hará dos paradas y permanecerá el doble de tiempo que en el resto de los puertos, un total de 18 días divididos entre Riohacha y Turbo.
Fuente Panorama