
Desde 2014 hay un éxodo de venezolanos, hasta ahora suman más de 2,3 millones de personas, según la Organización de Naciones Unidas.
La mayoría se fue a países vecinos, pero al menos 35.000 venezolanos eligieron México.
Y de ellos, según los registrados para votar el año pasado, cerca del 10% se encuentra en Querétaro. ¿Por qué?
Una razón es económica.
La capital del estado con el mismo nombre es una ciudad colonial de 1,3 millones de habitantes a 240 kilómetros de Ciudad de México. También es una de las regiones con mayor crecimiento económico del país.
En los últimos años se han instalado decenas de empresas internacionales. Aquí existe, por ejemplo, la mayor concentración de empresas de industria aeroespacial de América Latina.
La estadounidense Kellog’s mantiene en la ciudad sus oficinas centrales para Latinoamérica. Hay, pues, una constante demanda de mano de obra especializada.
Y muchos que viajan de Venezuela a México son profesionales, con estudios de posgrado o especializaciones en Europa, Asia y Estados Unidos.
Para ellos –y cientos de mexicanos y personas de otras naciones que llegan cada año al estado- la prosperidad industrial de Querétaro es una oportunidad.
Y Victoria Amézquita ha sabido aprovecharla. Hace cuatro años, esta venezolana decidió independizarse e instalar una empresa de extracción de aceites esenciales y deshidratación de alimentos en su país.
Pero el financiamiento que le ofrecía el gobierno “era ridículo comparado con el mercado negro, que es lo que mueve la economía”, cuenta a BBC Mundo.
Al revisar los costos para comprar maquinaria y materia prima, así como el tiempo sólo para que el proyecto se aprobara, calculó que perdería el 30% de la inversión.
“En esa época, la inflación no era diaria, como ahora, pero sí semanal. Lo que calculé en enero para febrero no me iba a dar”, cuenta.
La única alternativa fue emigrar. En Querétaro vive parte de su familia y hacia aquí enfiló su camino.
“Llegué sin expectativas, abierta a todo lo que pudiera suceder. Al mes de estar aquí me entrevistó una empresa”, cuenta.
La compañía le ofreció un contrato y además ayudó con los trámites migratorios. Victoria y su familia en México creen que tuvo mucha suerte.
Puede ser. O quizá la respuesta es su profesión como ingeniero mecánico, y una especialización en máquinas rotativas que hizo en Francia.
Fuente: BBC Mundo.