
La emigración es un proceso que ha existido en todos los tiempos, las razones son muy diversas, desde el factor laboral, seguridad, incluso hasta por enfermedad, emigrar trae consigo el enriquecimiento de nuevos conocimientos y la gran oportunidad de mejorar en todo sentido, desde lo económico hasta lo intelectual.
Cuando el emigrante llega a su lugar destino, debe adaptarse al nuevo escenario lo antes posible, unos lo logran antes que otros, sin embargo, ese es el justo momento donde el estrés aparece, causado por la ansiedad que genera lo desconocido, logrando que el individuo se “bloquee” con su nueva realidad, si este estado de nerviosismo se prolonga comienzan a aparecer síntomas como la tristeza, depresión y soledad en muchos casos, es en este momento cuando se hace mención a el Síndrome de Ulises (su nombre se basa en el héroe griego quien fue penalizado en diversas ocasiones en su viaje de vuelta a su hogar), también es conocido como el síndrome del emigrante con estrés crónico.
Cómo reconocer la presencia del Síndrome de Ulises
- Sentimiento de soledad:La separación de los seres queridos puede provocar en los momentos más difíciles un sentimiento de aislamiento,
- Tristeza: La nostalgia suele ser uno de los sentimientos más vividos en estas circunstancias, que junto al sentimiento de vacío, a los miedos y preocupaciones, provocan ideas de incapacidad y de falta de valor.
- Culpabilidad:La persona puede sentirse culpable por haber hecho mal las cosas, por haber “abandonado” a seres queridos o por creerse la causa de su propio fracaso.
- Desengaño: La persona puede ver el lugar que ha llegado muy diferente a lo que esperaba. Las ideas o esperanzas que había puesto, pueden verse frustradas y puede sentir cierto resentimiento al lugar donde vive, entrando en una espiral de sentimientos negativos.
- Trastornos psicosomáticos: Además estos síntomas psicológicos suelen ir acompañados de síntomas psicosomáticos como insomnio, dolores de cabeza, de estómago, falta de apetito o exceso en la ingestión, falta de concentración o fatiga extrema.
Prevención al Síndrome de Ulises
- Cerrar círculos: despedirse de los seres queridos, no dejar nada “emocionalmente” pendiente y vivir el duelo de la separación.
- Activarse de alguna manera: realizar cursos, conocer la ciudad, hablar con vecinos y toda aquella relación social sea eventual o no, ayuda a sentirse acompañado.
- Conversar previa a la partida con otras personas que hayan emigrado y consultarles como ha sido su nueva experiencia de vida.
- Estar dispuesto laboralmente desde antes de partir a “reciclarse” y/o a comenzar en otra área de trabajo mientras se conoce el mercado laboral y no descapitalizarse.
- Estar consciente que emigrar es un acto de valentía y de querer mejorar, manteniendo presente que todo tiene su tiempo, hay quienes lo logran antes y otros tardan un poco más en conseguir sus objetivos.
Cómo superar el Síndrome de Ulises
- Consultar con un médico. Es fundamental que un profesional de la salud se encargue de realizar los estudios correspondientes para descartar otras enfermedades asociadas.
- Ir a una consulta psicológica. Para procesar de forma adecuada el duelo que supone perder de vista a la familia y al resto de seres queridos, se recomienda la realización de terapia.
- Hablar con seres queridos. De esta manera, se evita fomentar el sentimiento de soledad.
- Disminución del estrés. Muchas técnica de respiración y relajación contribuyen a disminuir los niveles de cortisol en nuestro organismo, ayudando a que nuestro cuerpo y mente no respondan con tensión ante la situación.
- Ejercicio físico. Es importante que el cuerpo pueda liberar tensión física y mental. Dedicar un rato a caminar cada día disminuirá el estrés y se relajarán los músculos
- Hábitos alimenticios. Realizar 5 comidas diarias, 3 fuertes 2 ligeras en las meriendas.
- Pensamiento positivo. La clave para superar este síndrome es ser optimista y tener fuerza de voluntad.
Es importante ocuparse de este estado emocional, esperar que se pase solo, refugiándose en la idea de que es “mientras se adapta al nuevo país” es un grave error, hay que considerar que lo que afecta a nivel emocional, se traslada a lo físico y puede causar daños irreversibles.