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Todos los días y a ciertas edades empezamos de cero, y es que más de una vez en la vida tenemos que dejar cosas y emprender con otras.
La vida es un constante cambio y crecimiento.
Es mejor tarde que nunca y luego quedarse con la típica idea “y si yo hubiera hecho…” Que es típico tener entre 20 y 30 cuando queremos tener aventuras es una realidad, pero quién le ha puesto rango de edad al tener un mejor estilo de vida o a conocer nuevos mundos.
Si a los 40, 50, 60 o más queremos hacer las maletas y emprender el viaje de nuestra vida hay que estar claro que eso no es una locura. Locura es no vivir y no arriesgarnos hacer los sueños realidad. Unos disfrutan de emigrar en su juventud, pero la experiencia hace al maestro y eso es un plus a la hora de emigrar.
Cuando ya tenemos corrido parte de nuestro kilometraje la vida se observa de una manera más centrada y madura lo que es una ventaja, puesto que al emigrante le permite establecer con más claridad planes para tomar las riendas de esta aventura. Si viajas con tu pareja y han convivido durante varios años juntos y es un hecho consolidado, un viaje puede avivar la chispa y crear una atmósfera diferente en una etapa avanzada de la relación.
En el ámbito laboral puedes ser emprendedor y cabe destacar que en EEUU y Europa la edad es valorada de forma positiva para trabajar según tú perfil y si lo que buscas es trabajar o invertir.
Si lo que buscas es vivir de tus ahorros, estás en tu derecho de pasar días más tranquilos o movidos según tu estilo de vida y poder moverte en un panorama nuevo que te permita conocer, porque el conocimiento no tiene edad.
Así que vive al máximo y que los años no te quiten las ganas del “Voy a Emigrar”