
Como muchos venezolanos, Dayana Belgoderi una caraqueña que decidió salir de Venezuela hace 6 años con rumbo a Portugal. Llegó sin imaginar que su rumbo cambiaría. Se introdujo en el mundo del barismo, donde el sabor y aroma a café se instalaron en su vida.
Comenzó su formación en la Escuela de Hotelería y Turismo de Viana do Castelo (Portugal), donde luego realizó la gestión Hotelera de Restauración y Bebidas. Participó en competencias que le dieron el triunfo en varias ocasiones. Así, poco a poco, se despertó un interés y una pasión que le abrió paso a grandes oportunidades.
En su crecimiento como profesional, conoció a uno de los mejores baristas de España, José Manuel Portela, quien le enseñó todo lo que necesitaba saber acerca del mundo del café y logró que sus ganas de desarrollarse en ese ambiente aumentaran.
Cafés Candelas, empresa española especializada en la producción de café, la ha forjado en su camino al éxito. “Hace tres años y medio que estoy con ellos. Ahí he crecido personal y profesionalmente. Nunca me han cortado las alas. Me han abierto las puertas para todo”, dijo.
Su compromiso por el trabajo al que se dedica se hace cada día más fuerte. A pesar de que en sus planes nunca estuvo dedicarse al barismo, en la actualidad afirma que para ella es una profesión.
“El barismo no es considerado una profesión, todavía está en una nube, en un agujero negro, pero yo dedico mi tiempo 100% a ello. Vivo del café y para mí es una profesión”, aseguró.
Ganar importantes competencias no son sus únicos objetivos. Dayana se plantea a corto y largo plazo lo que quiere alcanzar.
“Me gustaría, por qué no, dentro de unos años, abrir una cafetería propia donde la gente pueda degustar un buen café y así poder dar una imagen de calidad”, detalló.
Café con sabor a Venezuela
Sin olvidar su origen, Dayana siempre recuerda y lleva un pedazo de su tierra a donde quiera que va. Un grano de cacao o incluso el ron venezolano son parte de los ingredientes que combina y añade a sus bebidas.
Detalló que el café de Venezuela está dentro de sus favoritos, así como el de Colombia, que es un café de alta calidad, reconocido a nivel mundial.
Con el paso del tiempo no ha dejado de lado su crecimiento, cada día suma nuevos conocimientos y habilidades. Aunque aseguró que educar su paladar fue lo más difícil, no está limitada a expandir sus horizontes y conocer algo más.
“Me falta mucho por aprender, sobre todo a nivel sensorial, de captar café. Creo que puedo evolucionar más”.
Su receta para el triunfo es simple: trabajar al máximo y tener una actitud positiva para enfrentar cualquier situación.
Como barista profesional, se considera una “freak” del café, una a la que desde pequeña, en su hogar, nunca le faltó una taza caliente de esta bebida. En la actualidad, no comienza ni termina su día sin un buen café.
Fuente El Nacional