
A medida que el capital venezolano se esfuma de su país de origen, ayuda a cambiar la cara de una ciudad estadounidense.
Según la Asociación de Empresarios de Bienes Raíces de Miami, en los dos últimos años los venezolanos han comprado cerca de US$2.000 millones en condominios y casas del sur de Florida.
Con el 15% del total comprado por extranjeros, son los mejores clientes foráneos de la industria inmobiliaria de Miami.
“La inversión venezolana en residencias del sur de Florida ha sido una piedra angular del desarrollo de los condominios en la región”, le dice a BBC Mundo el analista inmobiliario Peter Zalewsky.
“Por décadas, observadores de la industria han especulado con que un porcentaje indeterminado pero significativo de estos compradores extranjeros estaba invirtiendo en el Sur de Florida para lavar su dinero mal habido”, agrega.
En el extremo opuesto a la zona costera de Miami y sus torres de lujo está Doral, la capital indiscutible de la clase media venezolana en el exilio, o “Doralzuela”, como le dicen aquí.
Aquí también se alimenta un boom inmobiliario con la llegada de una clase profesional venezolana que ha tenido éxito en su país de acogida.
Las cifras más recientes del censo estadounidense dicen que en Estados Unidos viven unos 366.000 venezolanos. Más de la mitad están en Florida. El 54% de ellos son universitarios, y el 20% cuentan con un postgrado.
El ingreso familiar promedio llega a los US$85.000 anuales. El 46% ya compró casa propia, con un valor promedio de US$300.000, y el desempleo en esta comunidad apenas llega al 4%.
Fuente: BBC Mundo